Nuestras acciones son nuestro futuro

 "Nuestras acciones son nuestro futuro"


Comenzamos una década clave en distintos sentidos. La aplicación de estrategias de alcance extendido y pronta respuesta se vuelven esenciales. El aumento de la pobreza mundial será algo sin precedentes. Es momento de propuestas que detonen la reactivación y logren el equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar social, como en los países nórdicos. Allá donde la prosperidad de las naciones depende del progreso de sus sociedades.   

Inicia una época en que aparecerán actores que “tramposamente son megáfono del futuro, pero, no solución del presente”. La idea no es enrollarse en banderas de fanatismo sino en ser conscientes que administrar los recursos de hoy servirán para construir el mañana. Sin ataduras del pasado.

No se trata de un discurso sinsentido, ni discursos caducos del siglo pasado. Se trata de plantear rutas de solución que nos lleve a horizontes de bienestar social, donde las personas sean capaces de transformar su entorno; de tomar un rol productivo y de impacto.

Hace unos días platiqué con un empresario mexicano muy activo, de ideas frescas, de esos que revolucionan el sentido de la narrativa y generan propuestas. La charla se centró en orientar la reactivación del país desde una “sociedad del conocimiento”, donde las personas agreguen valor a la economía para alcanzar estándares de bienestar social exitosos. Pronto les contaré más.  

En estos tiempos de incertidumbre y convulsión se requiere de: “Liderazgo para inspirar a las personas a perseguir un sueño compartido y colaborar para hacerlos realidad” (From an Age of Disagreement to an Age of Collaboration, World Economic Forum).

¿Has escuchado sobre la crisis climática global? Es uno de los grandes desafíos de la década, y, de no actuar oportunamente se tendrán cambios vertiginosos. ¿Acaso los líderes regionales hablan sobre esto? Un evento que acelera la migración, la desigualdad, la pobreza, enfermedades y muertes de los seres humanos. Ante esto el impulso de economías bajas en carbono se vuelve fundamental, con políticas públicas que generen las inversiones y las alianzas. 

Tan solo el Foro Económico Mundial muestra en su reporte 2021 que los principales riesgos globales tienen que ver con: Clima extremo, fracaso en la acción climática, daños ambientales provocados por los humanos, enfermedades infecciosas, pérdida de la biodiversidad, entre otros. Todo esto en sinergia con lo que ocurre en nuestra localidad, pues somos un planeta interconectado.

Lo único que queda es la huella que dejamos en este planeta. Las acciones de hoy se verán reflejadas en el futuro, así es que lo que hagamos o dejemos de hacer, impactará directamente en las siguientes generaciones. Seamos esos agentes de cambio que generen las condiciones para impulsar desde nuestras ciudades el desarrollo y bienestar.

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